El turrón blando es un ingrediente perfecto para elaborar postres deliciosos, que podemos hacer tanto en Navidad, como en otras fechas.
Haremos una base de galletas. Tritura las galletas en tu robot de cocina junto con los 80 gramos de mantequilla fundida previamente.
Si no tienes robot de cocina, mete las galletas en una bolsa de congelación y machaca con la ayuda de un rodillo. Mezcla luego con la mantequilla.
Pon la base de galletas en un molde circular desmontable. Las cantidades que te proponemos son perfectas para un molde de 20 centímetros de diámetro. Compacta bien las galletas con ayuda de una cuchara para que la base quede firme. Procura que el grosor sea uniforme. Mete la base de galletas en el frigorífico.
Trocea el turrón y ponlo en un cazo a fuego lento junto con la nata líquida y la leche. Ve removiendo la mezcla hasta que se funda. Si quieres aromatizar la tarta, puedes añadir un poco de canela, de ralladura de naranja o limón.
En un vaso con un poco de leche, disuelve el sobre de cuajada. Añade esta mezcla al cazo y sigue moviendo hasta que tome consistencia. Si salieran grumos, puedes batir con la batidora hasta que quede una mezcla uniforme.
Vierte la mezcla sobre la base de galletas. Para no estropear la base, ayúdate de una cuchara.
Deja la tarta de turrón blando en la nevera. Lo ideal es prepararla con un día de antelación.
Una vez esté bien cuajada, decora con almendra crocanti y nata montada. Si lo prefieres, puedes rematar la tarta de turrón blando con virutas de chocolate o con caramelo líquido.