Huesos de santo: la mejor receta para elaborarlos en casa. Los huesos de santo son un tipo de mazapán relleno que tienen forma de tibia, de ahí su nombre
Mezcla la leche con la maicena hasta que quede bien disuelta y reserva.
En otro recipiente bate ligeramente las yemas y mezcla con la leche con maicena.
En una olla a fuego muy lento, para que no se queme, hacemos un almíbar de hilo fino con el agua, el azúcar y el zumo de limón. Sabrás que está en su punto cuando al coger un poquito con dos dedos y separarlos se forme un hilo fino entre los dedos. ¡Hazlo con cuidado de no quemarte! Deja templar.
Cuando el almíbar esté templado, ve mezclando muy poco a poco con las yemas sin dejar de remover. Es fundamental que el almíbar no esté caliente o los huevos se cuajarán. Ayúdate de unas varillas para mezclar bien.
Pon la crema a fuego lento y no pares de remover hasta que espese la mezcla. Si quieres aromatizar tu crema con vainilla o ralladura de limón o naranja, hazlo justo antes de ponerla al fuego.
Cuando tenga el espesor que prefieras, retira del fuego y añade la mantequilla removiendo suavemente para que se integre.
Es muy importante que cubras la crema con un film puesto “a piel”, es decir, tocando la superficie de la crema para que no se cree una costra. Deja reposar en el frigorífico mínimo tres horas antes de usarla para tus postres.
Si prefieres que la crema de yema sea tostada, espolvorea con una cantidad generosa de azúcar y gratina al horno o quema con un soplete de cocina.