Hoy te contamos cómo hacer leche de almendras de forma fácil, rápida y sin moverte de casa. Toma nota, porque el sabor, la cremosidad y los beneficios de esta bebida de almendras no te dejarán indiferente.
Lo primero que debes hacer es dejar las almendras en remojo durante, al menos, seis horas. Lo ideal, es ponerlas a remojar antes de irte a la cama y dejarlas reposar en agua toda la noche.
Transcurrido el tiempo de reposo, cuela el agua e incorpora las almendras a un procesador de alimentos o vaso de batir. Si las almendras que vas a utilizar tienen piel, puedes pelarlas en este paso, aunque es algo totalmente opcional.
Añade el litro de agua, una pizca de sal y, opcionalmente, dos dátiles deshuesados o cualquier otro tipo de endulzante que sea de tu agrado.
Bate todos los ingredientes hasta obtener una bebida completamente homogénea.
Vierte la leche de almendras en un recipiente pasándola previamente por un colador. Puedes utilizar una bolsa para hacer leche vegetal, una tela limpia o un colador de malla fina.
Sirve inmediatamente o transfiere a la nevera para consumir fría.