Uno de los más clásicos, la clave de un buen turrón duro es la textura crujiente que se consigue entre la miel caramelizada y la almendra tostada
En primer lugar ponemos a calentar la miel en un cazo. Lo haremos a fuego lento hasta que quede líquida y se haya evaporado el agua que pueda contener.
Seguidamente añadiremos el azúcar en la mezcla. Seguiremos agitando con una espátula o cuchara de madera de manera continuada. Cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea con una textura similar al caramelo podemos apartarla.
Batiremos la clara de huevo de manera enérgica hasta que queden bien espesas y las añadiremos a la anterior mezcla. La clara además de aportarle sabor le otorga ese color a este turrón blanco tan característico suyo.
Llega el momento del ingrediente clave, las almendras. Es la materia prima más importante de este dulce por eso nosotros siempre recomendamos utilizar la variedad marcona.
No os recomendamos comprarlas tostadas ya que suelen contener sal, lo ideal es comprarlas crudas y ponerlas en una sartén u horno hasta que quede la superficie bien tostada.
El siguiente punto es el que diferenciará un buen turrón artesano. En vez de disponer las almendras en un molde y avocar la mezcla conseguida por encima, lo mezclaremos todo en el cazo. ¿Sabías que en las fábricas hay varias personas en este proceso que sólo se dedican a ello? El objetivo, mezclar de forma energética toda la mezcla con las almendras recién tostadas hasta que la ‘pasta’ quede totalmente uniforme.
Cuando ya tengamos la mezcla bien batida, la vertemos en un molde al que previamente le hayamos puesto una lámina de oblea en el fondo. El molde puede ser de plástico, o de hojalata y lo deberemos forrar con papel de hornear. Extendemos la mezcla de almendra, miel, azúcar y clara de huevo con la ayuda de nuestras manos y si ya ha empezado a enfriarse con un rodillo.
Elegiremos el grosor de nuestra tableta dependiendo de la facilidad con la queramos partirlo luego, cuando ya esté todo bien extendido añadiremos otra lámina de oblea recortada en la parte superior. Finalmente, lo dejaremos reposar bien en nuestro molde.
Lo sacaremos cuando ya este frío y lo podemos recortar con mucho cuidado para que la forma quede perfecta.
¡Y listo nuestro turrón de Alicante casero estará a punto para disfrutarlo con nuestra familia!
Por 100 g
* Los porcentajes están basados en una dieta de 2000 kcalorias diarias. Tu dieta podría ser superior o inferior dependiendo de tus necesidades