Hay dulces que, aunque consumimos durante todo el año, son muy tradicionales de la Navidad. Este es el caso de la neula, una galleta de tipo barquillo con forma cilíndrica y que en catalán se conocen como neules. Se trata de una especialidad de la gastronomía de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. Su origen es muy antiguo, incluso anterior al del turrón. Hoy te proponemos conocer mejor este dulce medieval que sigue alegrando nuestras mesas navideñas.
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Qué es una neula
Una neula es una galleta muy fina y crujiente que se elabora con forma de canutillo. Es muy similar a los barquillos, aunque la receta puede variar. Se trata de un dulce que tiene su origen, como muchos otros en el ámbito religioso. Los primeros datos se fechan en el siglo IX, aunque fue en el XII cuando se extendió su consumo en los refectorios de conventos y monasterios. La neula primigenia tenía forma plana y se tomaba acompañada de oraciones.
Pronto se convirtió en un postre para nobles y reyes y se tomó la costumbre de mojarlas en vino o en vino especiado. Esta forma de comerlas ha llegado a nuestros días, ya que es habitual y muy recomendable, acompañarlas de un buen cava o sidra.
Fue a partir del siglo XVII cuando las neulas adoptaron la forma actual. Su popularidad era tal, que aparecieron maestros artesanos dedicados en exclusiva al arte de elaborar neulas, barquillos y obleas.
Diferencia entre neulas y barquillos
Lo cierto es que no hay prácticamente diferencias entre neulas y barquillos. Neula es como se llaman los barquillos en catalán. Es cierto que la etimología de la palabra es diferente.
Mientras que barquillo hace referencia a la forma de los útiles que se usaban para dar su característica forma, el término “neula” proviene de una variación del latín nebula, que quiere decir niebla. Se adoptó este término evocando la ligereza del dulce, ya que las neulas es un bocado que no pesa y engorda poco.
Cómo se elaboran
La receta tradicional se elabora con harina, azúcar, claras de huevo y mantequilla. Se aromatizan con canela, vainilla o ralladura de cítricos. Esta es la neula tradicional artesana.
Con estos ingredientes se prepara una masa que se hornea en bandejas con un grosor lo más fino posible. Se busca que la galleta sea muy ligera y crujiente. De hecho, el nombre neula proviene de “niebla”, precisamente por la ligereza de este dulce tradicional. Hay que tener cuidado de no pasarse con el horno, para que no se doren demasiado y mantengan ese color muy ligeramente tostado que caracteriza a las neulas.
Para darles su característica forma, se usan unos moldes metálicos especiales en los que se enrolla la masa ya horneada pero aún caliente. También se pueden enrollar sin molde, pero el proceso es algo más laborioso. Una vez frías, se retiran de los moldes y están listas para degustar.
Lo más tradicional es servirlas tras los postres, junto al resto de dulces navideños como turrones o polvorones y acompañadas de cava, licores o sidra.
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